jueves, 23 de abril de 2009

Federico García Lorca

FEDERICO GARCÍA LORCA

Estilo
Los símbolos: de acuerdo con su gusto por los elementos tradicionales, Lorca utiliza frecuentemente símbolos en su poesía. Se refieren muy frecuentemente a la muerte aunque, dependiendo del contexto, los matices varían bastante. Son símbolos centrales en Lorca:
• La luna: es el símbolo más frecuente en Lorca. Su significación más frecuente es la de muerte, pero también puede simbolizar el erotismo, la fecundidad, la esterilidad o la belleza.
• El agua: cuando corre, es símbolo de vitalidad. Cuando está estancada, representa la muerte.
• La sangre: representa la vida y, derramada, es la muerte. Simboliza también lo fecundo, lo sexual.
• El caballo (y su jinete): está muy presente en toda su obra, portando siempre valores de muerte, aunque también representa la vida y el erotismo masculinos.
• Las hierbas: su valor dominante, aunque no único, es el de ser símbolos de la muerte.
• Los metales: también su valor dominante es la muerte. Los metales aparecen bajo la forma de armas blancas, que conllevan siempre tragedia.
La metáfora: es el procedimiento retórico central de su estilo. Bajo la influencia de Góngora, Lorca maneja metáforas muy arriesgadas: la distancia entre el término real y el imaginario es considerable. En ocasiones, usa directamente la metáfora pura. Sin embargo, a diferencia de Góngora, Lorca es un poeta conceptista, en el sentido de que su poesía se caracteriza por una gran condensación expresiva y de contenidos, además de frecuentes elipsis. Las metáforas lorquianas relacionan elementos opuestos de la realidad, transmiten efectos sensoriales entremezclados, etc.
El neopopularismo: aunque Lorca asimila sin problemas las novedades literarias, su obra está plagada de elementos tradicionales que, por lo demás, demuestran su inmensa cultura literaria. La música y los cantos tradicionales son presencias constantes en su poesía. No obstante, desde un punto de vista formal no es un poeta que muestre una gran variedad de formas tradicionales; sin embargo, profundiza en las constantes del espíritu tradicional de su tierra y de la gente: el desgarro amoroso, la valentía, la melancolía, la pasión...

Poesía
La obra poética de Lorca constituye una de las cimas de la poesía de la Generación del 27 y de toda la literatura española. La poesía lorquiana es el reflejo de un sentimiento trágico de la vida, y está vinculada a distintos autores, tradiciones y corrientes literarias. En esta poesía conviven la tradición popular y la culta. Aunque es difícil establecer épocas en la poética de Lorca, algunos críticos diferencian dos etapas: una de juventud y otra de plenitud.

La época de juventud
Aquí se incluyen sus primeros escritos: Impresiones y paisajes (en prosa, aunque sin embargo muestra procedimientos característicos del lenguaje poético) y Libro de poemas (escrito bajo el influjo de Rubén Darío, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez; en este poema García Lorca proyecta un amor sin esperanza, abocado a la tristeza.

La época de plenitud
Comienza con el Poema del cante jondo (1931) que, mediante la unidad temática, formal, conceptual y la expresión de los sentimientos, debida en parte a su inspiración folclórica, describe la lírica neopopularista de la Generación del 27.
En Primeras canciones (1927) y Canciones (1936) emplea las mismas formas: la canción y el romance. Los temas del tiempo y la muerte se enmarcan en el alba, la noche, la ciudad andaluza y los paisajes lunares.
La muerte y la incompatibilidad moral del mundo gitano con la sociedad burguesa son los dos grandes temas del Romancero gitano. Destacan los procedimientos habituales de poesía de origen popular, y la influencia del compositor Manuel de Falla. No se trata de una obra folclórica; está basada en los tópicos con que se asocia lo gitano y andaluz. Lorca eleva al personaje gitano al rango de mito literario, como después hará también con el negro y el judío en Poeta en Nueva York. En el Romancero gitano emplea el romance, en sus variantes de novelesco, lírico y dramático; su lenguaje es una fusión de lo popular y lo culto.
Lorca escribe Poeta en Nueva York a partir de su experiencia en EEUU, donde vivió entre 1929 y 1930. Para Lorca la civilización moderna y la naturaleza son incompatibles. Su visión de Nueva York es de pesadilla y desolación, propia de un mal sueño. Para expresar la angustia y el ansia de comunicación que lo embargan, emplea las imágenes visionarias del lenguaje surrealista. Su libertad expresiva es máxima, aunque junto al verso libre se advierte el uso del verso medido (octosílabo, endecasílabo y alejandrino).
El Diván de Tamarit (1940) es un libro de poemas de atmósfera o sabor oriental, inspirado en las colecciones de la antigua poesía arábigo-andaluza. El tema central es el de el amor sujeto a experiencias frustrantes y amargas; su lenguaje está muy próximo al de Poeta en Nueva York.
Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías (1935) es una elegía de incontenible dolor y emoción que actúa de homenaje al torero sevillano que tanto apoyó a los poetas de la Generación del 27.
La obra poética de García Lorca se cierra con Seis poemas gallegos y la serie de once poemas amorosos titulada Sonetos del amor oscuro. Lorca siempre ha contado con el respeto y admiración incondicional de los poetas de generaciones posteriores a la Guerra Civil. Considerado un poeta maldito, su influencia se ha dejado sentir entre los poetas españoles del malditismo.
• Impresiones y paisajes (1918)
• Libro de poemas (1921)
• Oda a Salvador Dalí (1926)
• Romancero gitano (1928)
• Poeta en Nueva York (1930)
• Poema del cante jondo (1931)
• Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935)
• Seis poemas gallegos (1935)
• Diván del Tamarit (1936)
• Sonetos del amor oscuro (1936)


Poeta en Nueva York
Entre 1929 y 1930 durante su estancia en la Universidad de Columbia, Federico García Lorca escribe los poemas de Poeta en Nueva York. Gran parte de la crítica lo considera su mejor libro. Aquí el poeta nos ofrece una visión conmovida y sensible ante la maquinaria implacable de la ciudad. Este poemario de gran actitud crítica se refiere esencialmente a la deshumanización de que allí encuentra. Poemas como "New York oficina y denuncia" o "Panorama ciego de New York" reflejan su encendida crítica ante laduende, que es la única manera de que todos se enteren sin ayuda de inteligencia ni aparato crítico, salvando de modo instantáneo la difícil comprensión de la metáfora y cazando, con la misma velocidad que la voz, el diseño rítmico del poema."
PANORAMA CIEGO DE NUEVA YORK
El poeta demuestra su sensibilidad hacia las personas débiles, leyendo la poesía "Panorama ciego de Nueva York", Lorca ha sentido el malestar de los marginados que sufren en el mundo neoyorquino, provocando en él una conmoción violenta. En efecto, él ha puesto en relieve la injustia social que él mismo vió en Nueva York, haciendose portavoz de los débiles. él empieza la poesía comparando los pájaros con la multitud que sufre, diciendo que si esta gente no va a manifestar la propia condición social en la que vive, será él a denunciarlo, porque él no puede ver la prepotencia de los ricos hacia los pobres. Sólo quienes sufren pueden comprender el verdadero significado del dolor que es comparable a la muerte, es necesario decir que este dolor no es conocido por la gente que vive bien. No se trata de un dolor fisico, sino de un dolor espiritual .Este sufrimiento infinito es comprendido sólo por los poetas, siendo almas sensibles. Los niños, no conociendo la verdadera realidad del mundo, piensan que está lleno de amor y de paz. Este enorme malestar deja un signo inolvidable como el dolor que tiene una madre cuando su niño muere naciendo. El poeta ha comprendido que la verdadera causa del sufrimiento es la indiferencia del individuo, él que, sabiendo que en la sociedad existen seres humanos que luchan para sobrevivir ha continuado su propia vida. Todo esto es una vergüenza. Estos versos son un grito de dolor y de protesta.


Teatro
El teatro de García Lorca es, con el de Valle-Inclán, el de mayor importancia escrito en castellano en el siglo XX. Es un teatro poético, en el sentido de que gira en torno a símbolos medulares —la sangre, el cuchillo o la rosa-, de que se desarrolla en espacios míticos o presenta un realismo trascendido, y de que, en fin, encara problemas sustanciales del existir. El lenguaje, aprendido en Valle-Inclán, es también poético. Sobre Lorca influyen también el drama modernista (de aquí deriva el uso del verso), el teatro lopesco (evidente, por ejemplo, en el empleo organizado de la canción popular), el calderoniano (desmesura trágica, sentido de la alegoría) y la tradición de los títeres. La producción dramática de Lorca puede ser agrupada en cuatro conjuntos: farsas, comedias «irrepresentables» (según el autor), tragedias y dramas.
Entre las farsas, escritas entre 1921 y 1928, destacan La zapatera prodigiosa, en la que el ambiente andaluz sirve de soporte al conflicto, cervantino, entre imaginación y realidad, y Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, complejo ritual de iniciación al amor, que anuncia los «dramas irrepresentables» de 1930 y 1931: El público y Así que pasen cinco años, sus dos obras más herméticas, son una indagación en el hecho del teatro, la revolución y la presunta homosexualidad —la primera— y una exploración —la segunda— en la persona humana y en el sentido del vivir.
Consciente del éxito de los dramas rurales poéticos, Lorca elabora las tragedias Bodas de sangre (1933) y Yerma (1934), conjugación de mito, poesía y sustancia real.
Los problemas humanos determinan los dramas. Así, el tema de la «solterona» española (Doña Rosita la soltera, 1935), o el de la represión de la mujer y la intolerancia en La casa de Bernarda Alba, para muchos la obra maestra del autor.
• Mariana Pineda (1927)
• La zapatera prodigiosa (1930)
• Retablillo de Don Cristóbal
• El público (1930)
• Así que pasen cinco años (1930)
• Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (1933)
• Bodas de sangre (1933)
• Yerma (1934)
• Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores
• La casa de Bernarda Alba (1936)
• Comedia sin título (inacabada) (1936)



LA AURORA
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.

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MªÁngeles Pérez, profesora de Secundaria del colegio concertado Jesús Mª "El Cuco". Imparto clases de lengua y literatura y cultura clásica. Soy licenciada en Filología Clásica por la Universidad de Sevilla.